Estos días pasados hemos tenido la oportunidad de comprobar, una vez más, el comportamiento de la nieve y su transformación una vez se asienta sobre el manto.
El miércoles 14 de febrero, subimos al circo del Aspe desde Candanchú y por la zona de Loma Verde, sobre un manto de nieve fría y seca que prometía un bonito descenso. Antes de llegar al collado de Aspe, realizamos un perfil estratigráfico en la nieve, a unos 2350 m en una orientación N. El manto en su totalidad era seco y bastante homogéneo en su cohesión, aunque con algún nivel más débil enterrado, aunque difícil de desencadenar. Cuando sacamos el termómetro, la temperatura ambiente a esas cotas era de 4.5ºC, una temperatura muy alta. Sin embargo, la nieve en superficie estaba fría, a -5.2ºC. ¿Cómo es posible?
Perfil estratigráfico bajo el collado del Aspe
La radiación solar es uno de los mecanismos más importantes en la transformación de la nieve. En laderas bien encaradas al sol, los rayos solares inciden de manera perpendicular, aportando calor a la nieve, que en poco tiempo comienza los ciclos de fusión-rehielo. En cambio en zonas donde no entra la radiación solar, o lo hace de manera muy tangencial como estas umbrías del circo del Aspe, la radiación solar no ejerce apenas ningún efecto sobre la nieve. En este caso, la nieve sigue expulsando calor debido a la radiación interna de la tierra, y esta transmisión de energía es mayor que la que aporta la temperatura ambiental, permaneciendo fría y seca incluso con temperaturas ambientales positivas.
Tras superar el collado, encaramos la pala final orientada al SW, y la encontramos dura, a pesar de las altas temperaturas. En este caso, la temperatura tampoco fue suficiente por sí sola para transformar la nieve, siendo más importante la cantidad de radiación solar recibida; un cielo velado con nubes altas, ayudado por un viento moderado fueron suficientes para impedir la fusión superficial del manto.
El jueves día 15, volvimos al mismo lugar, con perspectivas bien distintas. Se sentía calor en el ambiente, con un cielo más plomizo. Y efectivamente, la nieve, incluso en las umbrías más altas, estaba húmeda y pastosa, y estaban comenzando a activarse pequeños aludes de nieve húmeda. Sin embargo, si comprobamos las temperaturas de ambos días, podemos observar que fueron similares, con máximas a mediodía en torno a los 11º o 12ºC a 1.900 m.
Evolución de las temperaturas durante los días 10 a 16 en la montaña de La Raca.
En el recuadro, los días 14 y 15, con máximas por encima de los 11ºC a 1900 m
¿Por qué esa diferencia entonces en la calidad de la nieve? A esta pregunta tenemos que responderle con dos respuestas. Por un lado, un cielo cubierto de nubes impide una correcta evacuación del calor que expulsa la nieve por radiación, ya que parte del mismo vuelve a verse rebotado hacia abajo por efecto de la nubosidad.
Y por otro lado, ante un aumento de la humedad relativa (HR) atmosférica, la nieve acaba absorbiendo esa humedad de manera muy efectiva, activando los procesos de fusión en el manto. De hecho, el aumento de humedad relativa es uno de los factores más determinantes en la transformación de la nieve en las umbrías, mucho más efectivo que el efecto directo de la temperatura.
Gráfico de temperaturas en la montaña de La Raca. En el recuadro, valores de los días 14 y 15 de febrero
Si observamos el gráfico de HR entre el mediodía del día 14 y el mediodía del día 15, observamos que en el primer caso presenta valores de HR de entorno al 15-20%, mientras que el segundo los valores de humedad sobrepasan el 65%. Al final del día estos valores ascenderían hasta el 100% coincidiendo con la llegada del frente de lluvias.
Estos dos factores hicieron que pasáramos rápidamente de un problema de aludes de placa de viento a otro de nieve húmeda, que se activó incluso antes de lo que pensábamos debido a estos dos factores. Y que la nieve seca tan divertida del día anterior se convirtiera en una pasta densa y pegajosa, difícil de esquiar.
Por lo tanto, mientras tengamos una situación anticiclónica, sin nubosidad y con humedad ambiental baja después de una nevada, encontraremos nieve seca en las umbrías con muy baja exposición a la radiación solar, por altas que sean las temperaturas. Y seguirá seca y fría mientras no cambien las condiciones meteorológicas.